Son 40 años en el mundo de las artes escénicas, incursionó en ellas cuando tenía 16 años de edad. En la década de los 70 ingresó en calidad de oyente a la Escuela de Arte Dramático de la Casa de la Cultura, por 12 años hizo teatro de sala, luego incursionó en el teatro para espacio abierto. Carlos Michelena nos lleva a conocer una parte de su trayectoria como actor.
¿Hace 40 que empezó en el mundo del teatro?
Yo empecé en la Escuela de Arte Dramático de la Casa de la Cultura, tenía 16 años. Entré en calidad de oyente. A los dos años me pude integrar en el teatro ensayo, en calidad de utilero, luego en la necesidad de la obra Huasipungo, Antonio Ordóñez me incluyó para hacer de indio. Ese fue mi inicio y durante diez años hice teatro de sala, he formado parte de algunos grupos de teatro de esa modalidad.
¿Su trabajo se combinaba con una formación académica?
Cuando me refiero a la Escuela de Arte Dramático me refiero a que era una escuela donde habían materias de dicción, respiración, canto con Oscar Vargas Romero; Historia del Teatro Ecuatoriano nos daba Ricardo Discalzi; Literatura Universal con Edmundo Rivadeneira, Movimiento nos daba el profesor chileno Germán Silva… entonces esa base de la Escuela de Arte Dramático me motivó para de mi cuenta estudiar ciertos tópicos. Diego Piñeiros “Tamuca”, me llevó a juntarme a personas que hacían teatro al aire libre, títeres, y esa fue mi relación con el espacio abierto.
¿Después empieza a poner cosas muy de las experiencias de Carlos Michelena?
En la calle está un poco el reto de poder incluir las cosas que uno mira, que uno vive, porque había un divorcio entre las cosas que yo representaba, entre las cosas clásicas o las obras de vanguardia. Después de bajar del escenario, la realidad mía era otra cosa. Como inquilino me arrojaron a mí y a mi mamá de la casa, porque fueron a dividirse los herederos, tuvimos que irnos y yo no entendía para que están la leyes. Ahí empezó en mí la inquietud de decir: "si en el teatro por un lado yo represento escenas que no tienen nada que ver con lo que yo vivo, como es que se hace". Luego vinieron maestros que tenían que ver con la creación colectiva como Augusto Boal, María Escudero, grupos que llegaban de Chile y Argentina, ellos nos compartían a nosotros el proceso creativo de como las inquietudes que tiene la gente pueden estar contempladas en una historia de teatro. Por ahí fue un poco la indagación mía de poder contar a través del teatro las experiencias sociales.
¿Ahí nacen las primeras historias propuestas por Carlos Michelena?
No. Formamos un grupo con Pancho Aguirre, la "Churos", el Guido Navarro, el "Papeles", estaba Yuri Acosta, entre todos ellos nos planteamos la idea de experimentar la creación colectiva y tomamos como pretexto la obra “Un señor viejo con las alas enormes” de Gabriel García Márquez, con eso hicimos un trabajo de creación colectiva y esa obra la difundimos porque hacía alusión a lo que vivían los damnificados por las inundaciones en el fenómeno del niño en la costa.
¿Era un trabajo de denuncia social, de una realidad ecuatoriana?
Teníamos esa inquietud y también la necesidad como trabajadores del arte de teatro de cómo podemos armar nuestras propias obras.
¿Algunas veces molestó al poder las obras propuestas por ustedes?
De ley, siempre habido personas que se han sentido ofendidas por la crítica, por el modo de hacer el arte, pero eso está inmerso en toda la actividad.
¿Para hacer una obra hay que estudiar el tema, acercarse a la realidad?
Creo que sí, pero lo que manda en toda actividad es el sentido común, lo que está en boca de la gente con la uno convive a diario, en el mercado, el bus, la calle, las cárceles, en el hogar. La gente sencilla y común es lo que marca las pautas de cómo está llegando una forma de gobierno.
¿Cómo es el proceso para ponerse en los zapatos del personaje a encarnar?
Lo que funciona es el sí mágico; es decir, si yo estuviera en esta condición como reaccionaría, hay que hacerse un cuadro cronológico con la edad del personaje, características físicas, asumir físicamente el vestuario de la persona, esto lo saben los actores que hacen de esto un oficio, que nos toca meternos a vivir como este personaje por algún tiempo para ingresar en una psicología al cuerpo del actor y poder representar.
¿Esto significa que tiene que es muy observador?
Así es, lo primero que funciona en el actor es la observación. Hay especificidades como es la gestual, la semiótica que punta a profundidad a encarar el significado de los movimientos, gestos, entonación y el valor de las palabras.
¿Cómo hacer para que las historias no se repitan?
Yo creo que eso no es de mi sino del teatro en particular. En el caso de las obras que se representan en vivo, al aire libre nunca será igual, jamás, porque uno está expuesto a cualquier eventualidad que pasa ese rato.
¿El público puede volverse parte de la obra?
Claro hay gente que está ahí porque le gusta y saben más o menos ciertos cuadros que va a pasar y ellos de pronto pican, es una posibilidad de ir construyendo con el público la dramaturgia.
¿Cuán importante es manejar el humor, la sátira, la ironía la realidad?
Todos esos elementos están en la vida, lo que la sombra nuestra a veces no devela, lo que no nos gusta que nos digan ya sea que somos groseros, libidinosos; entonces esos elementos siempre moralmente juzgados como negativos, todo el mundo los guardamos lo metemos en un armario, para salir con un estuche social y a querer que nos acepte la sociedad. Pero en el arte el artista busca develar estas cosas.
¿Ser más real?
Los elementos que contienen el ser humano son de fantasía de realidad, aspiraciones, sueños frustraciones, entonces alguien bien lo ha dicho el arte es el espejo donde el ser humano de mirarse y puede rectificar sus procedimientos y yo lo que hago es eso, tratar que la gente nos miremos como procedemos y tratemos de cualificar en el día a día.
¿Qué modalidad aplica en su trabajo?.
En el caso mío aplico es el juglar, yo no soy inventor de nada lo que he hecho es retomar la propuesta de los juglares, rapsodas, saltimbanquis que hacían eso, cuestionar a un estado abusivo prepotente, que siempre habido. Entonces mezclo las vivencias propias y represento escenas que la gente las vivimos desde pelados, como es el sistema educativo, cuando de joven la obligaban ir al cuartel o por situaciones ha ido a cana, depende de la orientación que tenga cada artista eso es de libre elección.
Cuántas obras tiene Michelena en su repertorio
No sé, no he contado.
¿Siempre está Carlos en un proceso de presentar nuevas cosas?
Así es. Esa es la dinámica del arte, si uno se queda estereotipado en algo igual no tendría sentido. Tengo que estar todo el tiempo estudiando las posibilidades, profundizando en aspectos técnicos del escenario y seguir desarrollándome como actor.
Video tomado del Canal Youtube Ecuador Metal
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